“Estamos pagando los platos rotos de la pandemia”. Ese era el mensaje que condensaba el acto simbólico de rotura de platos que esta mañana ha convocado Hostemur ante la Delegación de Gobierno como protesta ante el maltrato generalizado que las administraciones están dispensando al sector hostelero durante la crisis sanitaria.
En este gesto, que secundaba la iniciativa de Hostelería de España en todo el país, han participado el presidente de la Asociación de Cafés, Bares y Afines de la Región de Murcia, José María Rubiales; el presidente de la Asociación de Restaurantes de la Región de Murcia, Juan José Nicolás; y la secretaria general de Hostemur, Laura Mateo, que informa que se ha celebrado simultáneamente en las principales provincias del territorio nacional. “Hemos invitado a nuestros asociados a participar en este acto simbólico rompiendo unos platos a la puerta de sus locales, grabándolo y subiéndolo a sus redes sociales con el hashtag #HosteleriaPlatosRotos”, señala Mateo.
Plan nacional y ayuda local
“Necesitamos que se active ya un plan nacional de rescate a la hostelería, porque nuestro cierre lo único que ha servido ha sido para llevar a la ruina a muchos negocios y dejar a muchas personas sin empleo”, señala Rubiales. Y es que las medidas en España, alejadas de las políticas de ayudas directas que han impulsado países como Alemania o Francia, están ahogando a la hostelería. Todo ello arrojando unas cifras nacionales que ya superan los 70.000 millones de euros de pérdidas en la facturación y que ha obligado al cierre a más de 85.000 bares y restaurantes.
Este desgaste del tejido empresarial lleva consigo una inevitable pérdida de puestos de trabajo que puede alcanzar un millón y medio de empleos entre directos e indirectos en toda España. “Pero también necesitamos que los Ayuntamientos, especialmente el de Murcia que es el municipio que más negocios hosteleros concentra de la Región, ayuden al sector. Y lo pueden hacer con la exención de tasas municipales, como ocupación de vía pública, vados, basuras…”, reclama Nicolás.
Un sector que, en definitiva, se duele de la falta de ayudas directas y de la criminalización a la que está siendo sometido desde que comenzara la pandemia. “Los datos demuestran que nuestros cierres no están directamente relacionados con el freno de la curva de contagios por coronavirus”, manifiestan decepcionados.
