La economía regional profundizó en el segundo trimestre la recesión ocasionada por el coronavirus Covid-19, al verse este periodo afectado por un mayor número de semanas de confinamiento que el trimestre previo. A tal circunstancia le ha seguido una desescalada que no ha permitido retomar la normalidad anterior en muchas empresas y actividades.
En este sentido, la pandemia ha amplificado las tensiones previas ya existentes, como ha señalado el Premio Princesa de Asturias Dani Rodrik. De hecho, se ha puesto de manifiesto que, en primer lugar, la recuperación de la Gran Recesión era incompleta. Y, en segundo, que la misma presentaba algunas deficiencias todavía no corregidas. Es cierto que se ha conseguido alcanzar un crecimiento elevado en un entorno de menor apalancamiento financiero (como se señaló en Boletines anteriores). Aun así, persisten las dificultades para converger con los niveles nacionales de renta y PIB por habitante, se cronifica la debilidad de la productividad empresarial, y se adolece de una política tecnológica e industrial sólida. Son debilidades conocidas, y reiteradas en la reciente Memoria 2019 del Consejo Económico y Social de la Región de Murcia, a cuyas conclusiones se dedica un Recuadro en este boletín.
Es un punto de partida que penaliza a la Región, porque en un contexto de gran fragmentación empresarial, el coronavirus va a impedir que muchos negocios retomen su actividad. El reto que se afronta es mayúsculo y va a requerir actuar en una doble vertiente. A corto plazo será necesario garantizar la supervivencia de empresas viables a las que las circunstancias extraordinarias han creado un problema puntual de liquidez. En un horizonte más lejano, es obligado abordar las debilidades estructurales que persisten. El retorno a una situación que pueda calificarse como “normalidad”, aunque sea una “extraña normalidad”, es a día de hoy un horizonte nublado en el que apenas se ven claros.
Es especialmente sangrante el caso del turismo, el comercio, la hostelería y el sector hotelero, a los que nos hemos remitido en numerosas ocasiones desde que se declarara el Estado del Alarma, ya que fueron de los más perjudicados al no considerarse actividad esencial. Al cierre de este boletín, en plena fase de rebrotes de la pandemia, vuelven a una situación límite que amenaza con la supervivencia de miles de negocios y de puestos de trabajo.
Otro punto muy a tener en cuenta será el reparto de las ayudas europeas para la recuperación económica. Es evidente que las circunstancias de la pandemia no han afectado por igual a todos los territorios y esta región, por fortuna, ha sido de las menos castigadas hasta ahora. Con todo, no es deseable que se repita la misma situación que ya se produce en materia de financiación autonómica, donde la Región de Murcia es clara perjudicada de un sistema injusto que necesita una revisión urgente para corregir los desequilibrios del Estado de las Autonomías de una manera definitiva.
Los empresarios venimos exigiendo de forma reiterada la máxima responsabilidad de nuestros gobernantes y del conjunto de partidos políticos. De manera muy especial del Gobierno de España, para que propicie el consenso necesario ante la grave situación que atravesamos y que solo tiene un camino, que es la unidad de todos en defensa de España y de los españoles.